sábado, 28 de febrero de 2015

MODO WILLY FOG ON

¡Hola hola! Llevaba tiempo sin pasar por aquí...y la verdad es que entre viajes que hemos estado, he prestado más atención a prepararlos que al blog...

Y revisando fotos de un lado y de otro, me encontraba una tarde de esta semana viendo el álbum de nuestro Viaje de Novios. De normal, suelo archivar todo en álbums Hoffman así no pierdo ninguna foto y tampoco se quedan en el ordenador guardadas a la espera de que un virus se las coma o con la mejor de las suertes se queden guardadas en un disco duro externo. 

Yo lo suelo hacer así, aunque no descarto hacer el próximo en formato de Mr Wonderful para practicar esa tendencia tan de moda que es el Scrapbooking.




De cualquier forma, hoy me gustaría contaros algo más de mi afición preferida: Viajar. 

En general he viajado mas más que menos: Inglaterra, Francia, Polonia, Bélgica, Italia.. Sin embargo, han sido dos veces las que a lo largo de mi vida he hecho grandes viajes. De los de cruzar charco y atravesar continentes vaya. De esos que te montas en el avión y realmente sufres una desconexión orbital,jej

Uno de ellas fue mi viaje a Nueva York durante mes y medio. Ciudad de la cual me llevo muchos momentos y que prometí que volvería. 








La otra fue mi viaje de novios, o mejor dicho, mi viaje de locos. No os lo he contado hasta ahora pero menos tranquilo fue de todo. Memorable, eso sí, con anécdotas todos los días, también, pero lo que es tranquilo y de relax....sólo un poco.

El otro día mientras hablaba con una amiga sobre el viaje de novios que va hacer me decía es que a mí me gustaría ir algún sitio exótico, espectacular y diferente. Claro, claro. Eso es lo que queríamos nosotros. De normal el viaje de novios es para aprovechar. No se suelen tener tantas vacaciones seguidas, o por el contrario tu economía no da para permitirte ciertos caprichos que en otros viajes no harías.

Así que elegimos Tailandia. Queríamos que nos impactase la cultura y la fama de las playas de este país nos había atrapado. Bangkok, ruta por el norte y playa. Así era nuestro plan.




La historia es que Bangkok impacta ¡Vaya que sí! Esa jungla de asfalto, parecida a Nueva York en cuanto a macrociudad pero en desordenada. Los Tuc-tucs (vehículos tipo bicicletas que deambulan de aquí para allá) entre los coches y las bicis. Parecía un milagro que no hubiese ningún accidente.







 Entre Budas, templos y ofrendas pasó la primera y segunda noche hasta que el segundo día nos robaron/perdimos la cartera. ¡Yes! ¿Había lugar más apropiado para perderla? Pues no lo sé, pero documentación, dinero y tarjetas de crédito. Cual película andabamos al volver al hotel mirando la matrícula del taxi en el que habíamos ido por si podía haber algun indicio. Nada, cero.

Llamada a la Embajada, no os preocupéis y a la cama. Por la mañana, visita a comisaría con nuestro guía que chapurreaba castellano. Los gendarmes, o policias o como fuesen ni papa de inglés. Pues bien, nos llevamos una denuncia en tailandés que ....¡¡A saber que ponía!!

Y como ya habíamos empezado nuestra pequeña y rocambolesca historia esa misma tarde, tras visitar las Ruinas de Ayutthaya (casi morimos de calor): Golpe de Estado. Sí, sí. Llevaban unas 23 en relativamente poco tiempo. Todo ellos se acompañó con un toqe de queda en el que a las 22.00 todo el mundo debía estar dentro de sus casas.


¿Y qué haces en estos casos?? Es el "peligro" que corres a ciertos países. Sin embargo y tras dos horas de pensarnos qué podíamos hacer, decidimos llamar a la agencia y que nos cambiasen destino. En otra situación nos hubiésemos quedado. De nuestro viaje de novios preferíamos tener otro recuerdo.
Así que entre whassup y mensajes de voz en dos horas teníamos un nuevo destino: Bali. Nuestro paraíso particular.



Y llegamos a una isla de la que me confieso enamorada. Sin duda un paraíso. Los campos de arroz, sus gentes, sus playas y mi adicción a los noodles balineses.




Aún así, seguimos con aventuras de mosquitos y repelentes, algún animalillo extra y un barco (por llamarlo de alguna manera) que nos llevó a una isla y de la cual casi a la vuelta volcamos...

Y lo dicho....¿Felices con este viaje? Pues la verdad que sí. De los improvistos, conocimos más mundo si cabe. No obstante, siempre solemos organizar las cosas,  planificar...pero nunca se puede pronosticar lo que te va a suceder por el camino y las experiencias que te va a brindar.

De lo cual os quiero aconsejar que siempre escojáis un destino que os guste y que vuestra agencia de viajes sobre todo se haga cargo de ciertos "improvistos". 

Dicho esto, me despido hasta la próxima habiéndoos dado a conocer parte de mi vida.

¡Nos vemos pronto!


Sara